El riesgo eléctrico engloba una serie de peligros potenciales que van más allá de recibir una descarga eléctrica, como puede ser la posibilidad de incendios, las explosiones, los daños a equipos, las lesiones graves e incluso la pérdida de vidas humanas. Peligros que pueden aparecer tanto en el ámbito doméstico como en oficinas, fábricas y lugares de construcción.
Para protegernos contra estos riesgos, es muy importante entender cuáles son los factores que contribuyen a ello para establecer los medios de prevención necesarios, lo que puede conllevar desde el mantenimiento periódico de los equipos eléctricos hasta la formación en seguridad, el cumplimiento de normas y regulaciones, el uso de equipo de protección personal y la práctica de hábitos seguros al manipular las instalaciones y aparatos eléctricos. Además de contar con una instalación eléctrica de calidad.
Factores que contribuyen al riesgo eléctrico
Cuando hablamos de riesgo eléctrico, podemos hablar de dos categorías principales que contribuyen a ello: factores técnicos y factores humanos.
Factores técnicos
Los factores técnicos hacen referencia a las características y condiciones de los equipos eléctricos y las instalaciones.
➡️ Equipos obsoletos o dañados: debido a su deterioro y falta de capacidad para funcionar con seguridad, el uso de equipos obsoletos o dañados aumenta notablemente el riesgo de accidentes eléctricos. Por este motivo, es muy importante realizar revisiones periódicas para detectar posibles fallos y realizar los cambios que sean necesarios.
➡️ Falta de mantenimiento adecuado: la falta de mantenimiento regular de los equipos eléctricos puede dar lugar a problemas de funcionamiento y aumentar el riesgo de fallos. Con lo cual, es recomendable realizar una labor de mantenimiento preventivo para garantizar que todos los equipos se encuentren en óptimas condiciones de funcionamiento y reducir así el riesgo de accidentes eléctricos.
➡️ Sobrecarga de circuitos: la sobrecarga de circuitos se produce cuando se conectan demasiados dispositivos o aparatos a un mismo circuito eléctrico, provocando calentamientos excesivos o, incluso, incendios. Para evitarlo, debemos distribuir la carga eléctrica de forma equitativa y utilizar dispositivos de protección contra sobrecargas, como disyuntores, para prevenir accidentes.
➡️Instalación incorrecta de sistemas eléctricos: una instalación eléctrica incorrecta puede ser extremadamente peligrosa y aumentar significativamente el riesgo de accidentes eléctricos, por lo que es fundamental que las instalaciones eléctricas sean realizadas por profesionales cualificados y que cumplan con todas las normativas y estándares de seguridad establecidos por la Ley.
Factores humanos
Los factores humanos hacen referencia al comportamiento y las acciones de las personas en relación a la electricidad.
➡️ Falta de capacitación en seguridad eléctrica: la falta de cualificación en seguridad eléctrica puede dar lugar a prácticas inseguras a la hora de manipular equipos eléctricos, aumentando el riesgo de accidentes. Por este motivo, es de vital importancia proporcionar una formación adecuada a todas las personas que trabajan con electricidad, de manera que comprendan los riesgos y sepan cómo evitarlos.
➡️ Negligencia al manipular equipos eléctricos: no seguir los procedimientos de seguridad adecuados o no utilizar el equipo de protección personal necesario, puede aumentar el riesgo de sufrir accidentes graves. Por eso, es importante que siempre se tomen las precauciones necesarias.
➡️ Incumplimiento de normas de seguridad: no seguir las normas y regulaciones de seguridad eléctrica también puede poner en peligro la vida de las personas y causar accidentes graves.
➡️ Falta de conciencia sobre los riesgos eléctricos: la falta de conciencia sobre los riesgos eléctricos puede dar lugar a comportamientos imprudentes y aumentar la probabilidad de accidentes. Con lo cual, es recomendable promover una cultura de seguridad en el lugar de trabajo para reducir este tipo de riesgos.
Tipos de riesgo eléctrico
Existen distintos tipos de riesgos eléctricos, cada uno con sus propias características y peligros asociados. Algunos de los más habituales, son los siguientes:
Electrización
La electrización ocurre cuando una corriente eléctrica pasa a través del cuerpo humano sin causar daños graves. Puede parecer relativamente inofensiva en comparación con otros riesgos eléctricos, pero aún así puede ser peligrosa. Y es que, si la corriente es lo suficientemente fuerte, puede provocar la pérdida de control muscular o interferir con el ritmo cardíaco, pudiendo tener consecuencias muy graves para la salud.
Electrocución
La electrocución es el riesgo eléctrico más grave, ya que es potencialmente mortal. Se produce cuando una corriente eléctrica pasa a través del cuerpo y causa daños a los tejidos y órganos internos, provocando lesiones graves e incluso la muerte instantánea.
Incendios y explosiones
Los incendios y explosione causados por problemas eléctricos son extremadamente peligrosos y pueden poner en peligro tanto la vida humana como la integridad de los edificios y estructuras arquitectónicas. Problemas como los cortocircuitos o la sobrecarga de circuitos pueden provocar incendios y explosiones repentinas.
Prevención y medidas de seguridad
Ahora que ya sabes cuáles son los riesgos eléctricos, es importante que sepas también cómo evitarlos para protegerte de ellos.
Mantenimiento regular
El mantenimiento regular de los equipos eléctricos es esencial para garantizar su correcto funcionamiento y prevenir posibles riesgos. Esto implica realizar inspecciones periódicas, llevar a cabo las reparaciones necesarias y reemplazar los componentes que se hayan deteriorado. De esta forma, se reduce significativamente el riesgo de accidentes eléctricos debido a errores inesperados.
Formación en seguridad eléctrica
Para reducir los riesgos, es fundamental proporcionar la formación adecuada en seguridad eléctrica a todas aquellas personas que trabajan con equipos eléctricos. Esto incluye enseñar a identificar peligros eléctricos, cómo manipular correctamente los equipos, qué hacer en caso de emergencia y cómo utilizar el equipo de protección personal.
Cumplimiento de normas de seguridad
Es muy importante cumplir con todas las normas y regulaciones de seguridad eléctrica establecidas en tu área. Estas normativas están diseñadas para garantizar entornos de trabajo seguros y reducir el riesgo de accidentes eléctricos. Esto incluye seguir las directrices de instalación, mantenimiento y operación de equipos eléctricos, así como realizar inspecciones regulares para asegurarse de que se cumplan los estándares de seguridad.
Uso de equipo de protección personal (EPP)
También es esencial utilizar el equipo de protección personal para protegerse contra los riesgos eléctricos, lo que incluye guantes aislantes, gafas de seguridad, calzado con suela aislante y cascos protectores. Además, el EPP ayuda a prevenir lesiones en caso de contacto con corrientes eléctricas y reduce los riesgos de quemaduras, electrocución y otros accidentes relacionados con la electricidad.
Desconexión de equipos
Antes de realizar cualquier tipo de mantenimiento o reparación en equipos eléctricos, es imprescindible desconectarlos para eliminar por completo el riesgo de descargas eléctricas. Esto significa apagar la energía en la fuente principal y asegurarse de que no haya corriente eléctrica circulando.
Evita el agua
Nunca utilices equipos eléctricos en condiciones húmedas cerca del agua o, ya que esto aumenta significativamente el riesgo de electrocución. El agua es un gran conductor de la electricidad, pudiendo causar cortocircuitos y descargas eléctricas peligrosas.
Por eso, es muy importante que siempre tengamos las manos secas cuando vayamos a manipular equipos eléctricos. Además, debemos evitar trabajar en entornos mojados o bajo la lluvia.
En definitiva, el riesgo eléctrico es una preocupación importante en cualquier entorno donde se manipule electricidad. Por eso, es muy importante comprender los factores que contribuyen a ello, los diferentes tipos de peligros eléctricos que existen y tomar las precauciones necesarias para garantizar nuestra seguridad y la de aquellos que nos rodean. De esta forma, podemos reducir significativamente la probabilidad de accidentes y garantizar un entorno más seguro para todos.
