Cómo debe ser una instalación eléctrica óptima para una lavandería

El ahorro de agua y energía es fundamental en las lavanderías comerciales e industriales para garantizar la viabilidad del negocio. Los procesos de lavado, secado y planchado necesitan de un alto consumo de energía, lo que hace que muchos hospitales, hoteles, restaurantes y residencias decidan externalizar este tipo de servicios, especialmente con el aumento del precio de la luz en los últimos tiempos.

En este sentido, contar con una óptima instalación eléctrica para una lavandería es esencial. Pero, ¿qué sabes qué significa realmente ser eficiente en tu lavandería y cómo lograrlo? A grandes rasgos, podemos decir que una máquina, proceso o instalación es energéticamente eficiente cuando consume una cantidad de energía inferior a la media para llevar a cabo su actividad. Con lo cual, es obvio que eficiencia y ahorro energético van de la mano, lo que significa que si tu lavandería es eficiente, conseguirás reducir buena parte de tus gastos fijos.

Ahorro de energía y eficiencia en la lavandería

Las empresas buscas fórmulas que les permitan disfrutar de un mayor ahorro y eficiencia energética. Es más, algunos negocios son diseñados desde el principio bajo el prisma de la eficiencia y la sostenibilidad realizando un  estudio de eficiencia energética para reducir al mínimo el consumo de energía.

Actualmente, según el 9º Índice de Eficiencia Energética en las PYMES de la Fundación Gas Natural Fenosa, las empresas españolas podrían conseguir un ahorro energético del 24,2%. Un tercio de ello se corresponde normalmente con la iluminación, pero el resto se debe al uso de climatización y maquinaria, por ejemplo. En sectores como el de la lavandería, poner en marcha procedimientos más eficientes en este sentido, puede suponer un ahorro de entre el 30% y el 40% menos de energía cada mes.

Selección de electrodomésticos con bajo consumo energético

Las lavanderías de alta eficiencia emplean equipos de alta calidad que reducen considerablemente el consumo de energía y agua. Piensa que de toda la energía que se consume en una lavandería industrial, el 90% suele ser en forma de calor y sólo el 10% es energía eléctrica que es utilizada por los motores y el cableado. El 5% se usa para calentar el agua de las lavadoras, el 25% para secar y el 70% para planchar.

Con lo cual, si queremos que nuestra lavandería sea lo más eficiente posible, es muy importante que elijamos máquinas dotadas de un buen aislamiento térmico y de bajo consumo para reducir al máximo las pérdidas de energía, que representan el 50% de la energía consumida. Esto quiere decir que si reducimos estas pérdidas y usamos sistemas para explotar la energía, podemos conseguir un ahorro de hasta el 10% en los costes de producción.

En este sentido, hay que destacar que el uso de los sistemas sin vapor con agua caliente generada por calderas de gas de alto rendimiento es una de las maneras más eficientes de generar agua caliente, pues las pérdidas de calor y el uso de la energía se mantienen al mínimo.

Además, el lavado con agua caliente permite usar sistemas de recuperación de energía para el precalentamiento del agua, que, en función de su complejidad, pueden suponer un ahorro de entre el 30% y el 80% de agua.

Consejos para optimizar el uso de la energía eléctrica

Optimizar el uso de energía eléctrica en instalaciones eléctricas de lavanderías pasa por incluir equipos eficientes, pero también hay otras medidas que podemos implementar para conseguir una mayor eficiencia energética.

Conoce y optimiza el proceso de lavado

Aprender qué producto de limpieza usar y cuándo hacerlo, es fundamental para conseguir un lavado óptimo y, al mismo tiempo, reducir el consumo de energía y de agua.

Por ejemplo, los detergentes en polvo suelen usarse más para lavar prendas blancas porque incluyen lejía, mientras que los detergentes líquidos se usan para todo tipo de prendas. Sin embargo, los segundos se disuelven antes, por lo que, además de necesitarse menos producto, los ciclos de lavado son más cortos, por lo que el consumo de agua se reduce considerablemente.

En el caso del suavizante, además de aportar frescura y buen aroma a las prendas, ayuda a reducir la rigidez y las arrugas de los tejidos, facilitando la labor de planchado, con el ahorro de tiempo y energía que esto implica.

Secado eficiente

Únicamente el 30% de la energía que se usa en una secadora de tambor a gas se usa para este fin. El resto es energía que se pierde en calentar el aire (45%) y en las pérdidas de combustión (25%). Puede recuperarse el aire caliente a través de una bomba de calor, controlando el tiempo de secado con un medidor de humedad en el tambor de secadoras y usando secadoras por microondas que son un 25% más rápidas.

Además, muchas lavanderías industriales disponen de un túnel de secado final que ayuda a eliminar las arrugas finales de las prendas.

Planchado eficiente

El proceso de planchado con vapor no suele ser lo más eficiente. De hecho, un 60% de la energía que se consume en una lavandería es para calentar las prendas y evaporar la humedad residual. El resto se consume en pérdidas debido a vapor de escape y por la carcasa de la calandra. Para ello, es recomendable apostar por el control temporizado del encendido de calandras y por el calentamiento de calandras a través del gas natural en lugar de la electricidad.

Haz partícipe a todo el personal

El ahorro y la eficiencia energética tienen que formar parte de la filosofía de tu empresa. Esto quiere decir que todo el personal de la lavandería tiene que estar familiarizado con estos conceptos. Es especialmente importante enseñar a los trabajadores cómo se usan los productos y cómo se llevan a cabo todos los procedimientos de forma precisa a través de la formación continua.

Beneficios de la eficiencia energética en la lavandería

Sin duda, uno de los principales beneficios de la eficiencia energética es el ahorro económico que se consigue. Pero además, hay otras muchas ventajas de las que una lavandería puede beneficiarse en este sentido:

  • Reduce las emisiones de CO2: disminuye el gasto energético, limitando las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudando combatir el problema del cambio climático.
  • Fomenta la innovación tecnológica: una mayor eficiencia energética está relacionada con más recursos tecnológicos. Invertir en innovación siempre resulta interesante y proporciona importantes beneficios a medio y largo plazo.
  • Mejora la rentabilidad: una mayor eficiencia suele traducirse en una mayor rentabilidad empresarial, ya que el ahorro de costes permite que puedan ofrecer precios más competitivos a sus clientes.
  • Aumenta la seguridad laboral: las lavanderías que implementan cambios de este tipo en su maquinaria para lograr una mayor eficiencia energética suelen reemplazar o revisar sus equipos antiguos para evitar problemas en su funcionamiento y riesgos de fugas.
  • Reduce la dependencia energética: el consumo de combustibles fósiles se reduce, lo que supone una menor dependencia de terceros y tener más libertad antes las variaciones de los costes de la energía del mercado.
  • Favorece la Responsabilidad Social Corporativa: las lavanderías eficientes transmiten una imagen de marca más positiva a sus clientes, trabajadores, proveedores y colaboradores, marcando la diferencia con respecto a sus competidores.
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